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Y los pocos que quedan ... by Ana Garmendia Goicoechea

 



Si antes había pocos funcionarios por los recortes (no se reemplazaba a todos los que se jubilaban …), ahora, tras el “parón” de la pandemia, ya no debe quedar casi ninguno.

Y los pocos que quedan están “teletrabajando” …

Ahora todo es digital, contacto por mail, firma electrónica y problemas de todo tipo sin resolver. Sin hablar de quienes no tengan medios ni para tener internet …

En el célebre artículo “Vuelva usted mañana”, que Mariano José de Larra publicó en 1833 en la revista El pobrecito hablador bajo el seudónimo de Fígaro, retrató los vicios de la España de la época, y en particular la pereza y la escasa diligencia de su aparato administrativo.

Y ese vuelva usted mañana dicho en el siglo XIX por un funcionario desagradable se ha convertido en una fría grabación que le dice que el servicio no está disponible e inténtelo más tarde … en pleno siglo XXI

Y eso que los ciudadanos estamos “protegidos” por un gobierno que se supone “socialista” … Que nos anuncia un futuro ecológico con coches eléctricos (aunque esos mismos socialistas no quieran controlar el precio de la electricidad a precio de oro) que sólo podrá comprar los capitalistas (porque esos socialistas no pueden financiar a los pobres porque no existe un Banco Público …) y unas autovías de peaje que sólo podrán pagar quienes tengan dinero para pagar esos coches y esa electricidad.

El “socialismo” se define como una doctrina política y económica que propugna la propiedad y la administración de los medios de producción por parte de las clases trabajadoras con el fin de lograr una organización de la sociedad en la cual exista una igualdad política, social y económica de todas las personas. ¿Se lo creen?

Es obvio que lo que trata de vender Pedro Sánchez al pueblo y a las compañías eléctricas no encaja con esta definición.

Lo que está muy claro es que esta pandemia, con la urgencia por vacunar a todo el mundo, le ha servido de medio para afianzarse en la Moncloa, mientras todo el funcionamiento de la administración pública se ha paralizado. Y las quejas de los ciudadanos de a pie, que ven como nadie les soluciona nada, se diluyen como un azucarillo con la burocracia. Llame usted mañana…

Pero, como buenos políticos, saben defender lo indefendible con cualquier excusa.

Un señor, cuyo nombre omito para no ser censurado, dijo aquello de:

“Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá.”

 

Ana Isabel Garmendia Goicoechea

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