Desde su llegada a Londres en 1849, Marx tuvo tiempo para consagrarse a El capital…un borrador que había iniciado un par de años antes. Para Marx la clave del capitalismo era la explotación como fuente de beneficios y de crisis. Y, en Londres, desde 1849 pudo trabajar en un borrador que estaba preparando. Durante treinta años visitando cada día la biblioteca del British Museum escribirá infinidad de notas y bosquejos…preparando una ingente cantidad de apuntes. Estaba claro que, con el tiempo, se producen conflictos entre la superproducción y la incapacidad de las economías para absorberlas (la Ley de Say de la economía clásica por la que toda oferta genera su propia demanda quedaba en entredicho). Leyó a los economistas clásicos…y retomó en lo esencial el enfoque de David Ricardo sobre el trabajo incorporado: las horas de trabajo necesarias para proporcionar los medios de subsistencia a la mano de obra, y permitir su sustitución en la siguiente generación, era lo que dete