Giacomo Puccini nació en el seno de una familia en la que muchos de sus miembros habían sido, desde el siglo XVIII, el maestro de capilla de la catedral de Lucca. Tras la muerte de su padre, Giacomo, pese a no tener un gran talento musical, estaba destinado a seguir la tradición familiar, por lo que enseguida le pusieron a estudiar con su tío Fortunato Magi, ciertamente con pobres resultados… Fue a la edad de quince años cuando el director del Instituto de Música de Lucca consiguió despertar su interés por el mundo de los sonidos. Puccini se reveló entonces como un buen pianista y organista cuya presencia se disputaban los principales salones e iglesias de la ciudad. En 1876, escuchó en Pisa la ópera Aida de Verdi, y esto fue una auténtica revelación para él, y bajo su influencia, decidió dedicar todos sus esfuerzos a la composición operística, aunque ello implicara dejar la sacra tradición familiar. Sus estudios en el Conservatorio de Milán con Ponchielli, su maestro, le llev